Para entrar en la Orden del Temple, los caballeros debían escuchar, conocer y aceptar las Reglas de la Orden.
La ceremonia empezaba con una reunión del Capitulo, al neófito se le conducía a una sala aparte, cercana al Capitulo y se le vestía con una túnica blanca.
El Maestre, enviaba a dos caballeros, que le preguntaban:
* Nombre
* ¿Porque deseas entrar en la Orden?.
* ¿Conoces las duras condiciones de la Orden?.
* ¿Estas dispuesto a Ingresar en la Orden?.
Los caballeros regresaban al Capitulo: Caballeros: Señor, hemos hablado con el hombre que aguarda y le hemos expuesto las durezas de nuestra Orden. Afirma, que desea ser siervo y esclavo de ella.
Maestre: Hacerle venir en nombre de Dios.
Capitulo: Si que venga en nombre de Dios.
El aspirante era llevado por los dos caballeros a la sala del Capitulo y se arrodillaba ante el Maestre:
Aspirante a Templario: Señor, me presento ante Dios , ante Vos y ante los Hermanos y os ruego, que en nombre de Dios y de Nuestra Señora, que me admitáis en vuestra Orden, para ser de ahora en adelante su siervo y esclavo.
Maestre: Hermano mucho pedís, ya que lo que veis de la Orden... Meditad, hermano si podréis soportar tantas durezas.
Aspirante a Templario: Las sufriré todas, con la ayuda de Dios.
El Maestre, ordenaba al aspirante salir del Capitulo y dirigiéndose al mismo proclamaba: Maestre: Si alguno de vosotros conociere alguna razón por la cual este hombre no tuviera derecho a ser un hermano, que la declare porque mejor será decirla ahora y no cuando él éste en nuestra presencia.
Si no había objeción, el Maestre preguntaba:
Maestre: ¿Queréis, pues, que le haga venir en nombre de Dios?
Capitulo: Si que venga en nombre de Dios.
Traían al aspirante al Capitulo y arrodillándose:
Aspirante a Templario: Señor, me presento ante Dios, ante Vos y ante los Hermanos y os ruego, que en nombre de Dios y de Nuestra Señora, que me admitáis en vuestra Orden , para ser de ahora en adelante su siervo y esclavo.
El Maestre procedía a interrogara al aspirante:
Maestre: ¿Sois Caballero?
Maestre: ¿Estáis sano de cuerpo?
Maestre: ¿Estáis casado?
Maestre: ¿Habéis estado casado?
Maestre: ¿Habéis pertenecido a otra Orden?
Maestre: ¿Tenéis deudas?
Si el interrogatorio era favorable, se pasaba a la jura de votos, que tomaba el Maestre:
Maestre: ¿Prometéis a Dios y a Nuestra Señora, que de ahora en adelante y durante todos los días de vuestra vida, obedeceréis al Maestre del Temple y a los que sean vuestros superiores?.
Maestre: ¿Prometéis a Dios ya Nuestra Señora, que de ahora en adelante y durante todos los días de vuestra vida, viviréis castamente?
Maestre: ¿Que viviréis sin nada propio?
Maestre: ¿Que respetareis lo buenos usos y costumbres de nuestra casa?.
Maestre: ¿Que ayudareis a conquistar la tierra Santa de Jerusalén?
Maestre: ¿Que no abandonareis esta Orden?
Aspirante a Templario: Si Señor, si Dios lo quiere.
A continuación el aspirante, pasaba a ser investido como Caballero y se le entrega:
* El Manto blanco de la Orden del Temple.
* La Cruz.
* La Espada
* El Maestre, le abrazaba dándose el ósculo fraternal.
A continuación se entonaba el salmo 133:
Mirad cuan bueno y cuan delicioso es habitar los hermanos igualmente en uno.
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