Ave, Maria,

gratia plena,

Dominus tecum;

benedicta tu in mulieribus,

et benedictus fructus ventris tui, Jesus.

Sancta María, Mater Dei,

ora pro nobis peccatoribus

nunc et in hora mortis nostrae.

Amen.



Non Nobis Domine, Non Nobis Sed Nomine Tuo da Gloriam


Mantente alerta, con confianza en Cristo y loable en tu fama.


No muestres miedo frente a tus enemigos. Di siempre la verdad aunque te llegue la muerte. Protege a los desamparados y no hagas mal. Éste es tu juramento.



sábado, 5 de junio de 2010

BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA

La victoria almohade en Alarcos supuso un duro golpe para los reinos cristianos. La situación se agravó en 1211, cuando el castillo de Salvatierra, único baluarte cristiano al sur del Tajo, cae en manos musulmanas, amenazando Toledo. Ante la delicada situación, el rey castellano Alfonso VIII solicita la ayuda del resto de reinos cristianos y del papa Inocencio III, que da a la lucha el carácter de cruzada. Respondiendo al llamamiento llegan a Toledo tropas de Aragón y numerosos cruzados de toda Europa. León y Navarra, por el contrario, rehúsan unirse a la partida.
El 19 de junio de 1212 salieron de Toledo las huestes cristianas. En su camino tomaron las plazas musulmanes de Malagón, Calatrava, Alarcos y Caracuel. Aquí se les unió el ejército de Sancho de Navarra, con sólo 200 caballeros. Tras una escaramuza en el Puerto del Muradal, el choque definitivo se producirá junto al lugar llamado Mesa del Rey. Será la batalla de las Navas de Tolosa.
En el ejército cristiano, unos 12.000 hombres divididos en tres cuerpos, el rey de Aragón mandaba el ala izquierda, correspondiendo el centro al castellano y la derecha al navarro. En primera línea se colocaron las respectivas vanguardias, con los ejércitos y costaneras en el centro y las zagas mandando las retaguardias. Los musulmanes, unos 10 o 12.000, instalaron su campamento en el Cerro de las Viñas, con la infantería al frente y la caballería ligera en los flancos. Detrás se situó la caballería pesada almohade, con la zaga musulmana guardando el campamento del Califa.
Las primeras luces del día 16 de julio de 1212 ponen en marcha el avance cristiano, hostigado por una lluvia de flechas. Pronto la vanguardia chocó con las defensas musulmanas, que se cerraron sobre ella, causando numerosas bajas. Al ver retroceder a los cristianos, los musulmanes rompieron su formación para perseguirles, lo que fue un grave error táctico. En ese punto, los tres reyes con sus mesnadas, lo más granado del ejército cristiano, se lanzaron por el centro que la caballería enemiga había dejado abierto. Al poco quedaron rotos tanto el frente almohade como su zaga, produciéndose su desbandada. Los cristianos se lanzaron sobre el campamento enemigo, aplastando a la guardia musulmana y poniendo en fuga al califa. La batalla había terminado.
La victoria en las Navas de Tolosa aumentó la presión cristiana sobre los musulmanes. Por el reino de Aragón, Jaime I conquistó Mallorca e Ibiza, así como el reino de Valencia. Fernando III de Castilla ocupó la baja Extremadura, Sevilla, Córdoba, Jaén y Murcia, mientras que Sancho IV toma Tarifa. Por su parte, Portugal completa la conquista del Algarve hacia 1250.

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EL GUARDIAN

EL GUARDIAN

El guardián del poder verdadero se encuentra delicado y fuerte ante la puerta del reino floreciente. Desde ahí fluye y corre la fuerza latente del rayo femenino que todo lo une, que realiza milagros verdaderos hacia los mundos de la eternidad. Desde allí viene y hacia allí fluye traspasando el velo de la temporalidad. Ella es la victoria sobre la oscuridad, ya que esta debe desaparecer cuando haya llegado su tiempo. La fuerza oscura no tiene ningún poder en comparación con lo verdadero, con la luz eterna. Porque lo que esta fuerza amada consigue unir permanece unido hasta la eternidad.

EL LIBRO DE LA VIDA

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A Deo rex, a rege lex

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De Dios el Rey, del Rey la ley

A fructibus cognoscitur arbor

A fructibus cognoscitur arbor
Por sus frutos conocemos el árbol

EL ULTIMO GRAN MAESTRE

EL ULTIMO GRAN MAESTRE

JACQUES BERNARD DE MOLAY

Tuve una flota de bajeles y puertos privados,

una franja de tierras en el contorno de París

y un ejército de hombres dispuestos a morir

por reconquistar para la Cruz los lugares sagrados.

Custodié un tesoro y mi Orden fue el mayor banco

de Europa. El rey fue mi deudor y no me sometí

ni siquiera a la potestad del Vaticano. Viví

el éxito de tomar Jerusalén con mis soldados.

Y ahora heme aquí, engañado por el Papa

y Felipe IV de Francia. Me hicieron venir

de Chipre con la excusa de una nueva cruzada

para luego detenerme y obligarme a mentir

bajo tortura. Para robar la fortuna templaria

arderé en la hoguera y se harán con el botín.

A SUPERBIA INITIUM SUMPSIT OMNIS PERDITIO

A SUPERBIA INITIUM SUMPSIT OMNIS PERDITIO
De la soberbia toma el inicio toda perdición.

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