Los crucificados, tardaban dos o tres días en morir por asfixia, debido a las dificultades que se presenta al inspirar y expirar.
Era costumbre, acabar con la vida de los mismos, rompiéndoles las tibias y el cráneo.
A Jesús, no le rompieron ningún hueso y la comprobación de su muerte, se realiza lanceándolo, en el lado derecho del costado.
Jesús, fue crucificado sobre las 11 de la mañana y cuando descuelgan el cuerpo, es alrededor de las 3 de la tarde, es decir, permaneció crucificado unas cuatro horas.
Los defensores de estas teorías, argumentan, que la Magdalena y sus cómplices, entre los que se encontrarían José de Arimatea, Nicodemo y otras importantes e influyentes personalidades, consiguieron sobornar a los guardianes: para retrasar la ejecución, de forma, que Jesús permaneciese el mínimo tiempo crucificado y administrarle las drogas que lo dormirían, para dar la sensación estar muerto. La famosa hiel con vinagre, que le acercan a la boca, seria un droga, que produce un profundo efecto de somnolencia.